domingo, 3 de abril de 2016

Miedo.

El miedo te paraliza, te desorienta. Te desacomoda de tu lugar habitual.

Tener miedo provoca no hallar comodidad... No te deja descansar, te lleva al mismo recuerdo siempre. Te desespera.

Miedo por todos lados. Ahora. Ya. ¿sos normal otra vez? No, creo que no.

Succiona tus sueños, los distorsiona. Porque a eso se dedica.

El miedo está creado para que las noches de insomnio prevalezcan.

Tener miedo y no poder calmar esas palpitaciones en tu cabeza.

Gritar pero sin voz. Todo eso lo provoca él. No hay salidas en tu mente, no hay puertas a otros mundos. No hay teorías de auto ayuda. No se cuentan ovejas, no se mira el techo blanco. Nada.

El miedo te deja sin nada para luego darte todo. Todo los malos sentimientos de odio, de repugnancia. De dolor por no poder calmarte al temblar.

Te logra generar absurdas ideas de como las cosas pudieron salir diferentes pero no lo hicieron. Pasaron de tal modo y te dejaron así. Con un escalofrío por tu columna, sudor en la frente y muchas manchas negras por todos lados.